Locas mujeres decía Gabriela Mistral y allí esta esto: LA BAILARINA La bailarina ahora está danzandola danza del perder cuanto tenía. Deja caer todo lo que ella había, padres y hermanos, huertos y campiñas, el rumor de su río, los caminos, el cuento de su hogar, su propio rostro y su nombre, y los juegos de su infancia como quien deja todo lo que tuvo caer de cuello y de seno y de alma. En el filo del día y el solsticio baila riendo su cabal despojo. Lo que avientan sus brazos es el mundo que ama y detesta, que sonríe y mata, la tierra puesta a vendimia de sangre, la noche de los hartos que ni duermen y la dentera del que no ha posada. Sin nombre, raza ni credo, desnuda de todo y de sí misma, da su entrega, hermosa y pura, de pies voladores. Sacudida como árbol y en el centro de la tornada, vuelta testimonio. No está danzando el vuelo de albatroses salpicados de sal y juegos de olas; tampoco el alzamiento y la derrota de los cañaverales fustigados. Tampoco el viento agitador de ve