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Mostrando entradas de mayo, 2011

la tristeza del óvulo

Hoy vengo acá, este blog que me resulta similar a escribir en la arena, con la esperanza de que el agua salada llegará y se llevará lo escrito en estas líneas. En la esquina izquierda están los peces de mi vientre. Sí, tienen forma de peces pero son mis óvulos o mas bien mis óvucitos. Sé que ahora hay un óvulo a punto de morir, salado él, o quizás no. Morir, a veces, es un alivio. Bailo con mi vientre y seguro a estos peces no les hace gracia tanta vibración y movimiento ondulante, o quizás si. Bailar, a veces, es un alivio. El asunto es que este óvulo agonizante, me pone sensible, sumado a ... ciertas tristezas que me agobian. Al óvulo lo puedo arrullar en mi vientre y ayudarle a morir. Puedo, al menos esta noche, llorar junto a él. A el la vida se le va. A mí el amor. La tristeza de mi óvulo, es también la mía.

los 13 de ella

Cuando ella nació pensé en la bendición de que fuese una niña la que me acompañara en la vida y comencé a planificar las cosas que haríamos juntas. Ciertamente, mi vida con ella no ha podido ser mejor. Claro, con sus 13 ha llegado a la adolescencia y pues ya funciona distinto: se revela, se ha puesto mas sensible y vive pendiente de los bichos raros, es decir, del sexo opuesto. Aunque creí que comenzarían los "grandes" problemas, lo cierto es que esos cambios no han minado nuestra confianza, ni nuestro amor. Si me saca de quicio, sigue dando problemas de concentración en el cole...y es esa la razón de las discuciones. Ahora bien, ya no me insiste en que me embarace y le de un hermano, ya no me busca novio a toda costa --y digo a "toda costa" porque me estaba metiendo a un profesor con cara de loco-- ni se ha distanciado como si lo hacen otros a su edad. Quizá sea porque nos gusta la misma música, la danza y tenemos una comunidad de amigos y amigas en común. Yo hub