“Es necesario, que el público sepa quien manchó esa ropa, y que la diosa de nuestros códigos recoja, horrorizada, la venda; se ciña nuevamente los ojos y alce muy alto su balanza.Entonces veremos de qué lado se inclina.....” (Carlos Dárdano) I ntro. Este post lo publiqué hace doce años y surgió porque en esa época trabajaba en la UCA y dedicaba horas a husmear en la biblioteca (era un vicio) y con un compañero dimos “sin querer queriendo” con una publicación de un siglo atrás. Era una publicación personal pagada a la imprenta DUTRIZ HNos. y era una historia sobre un caso legal. Mas que mi curiosidad jurídica, luego de litigar casos en defensa de los derechos de las mujeres, tuve la intuición que debía leer esa publicación. No cabe duda que nada cala tan hondo como leer historias verdaderas que demuestran realidades aún vigentes, pero este libro revelaba algo más: la violencia hacia las mujeres no está supeditada a determinada clase social. Doña Petrona se me pegó en la...
Publiqué esto en 2010, pero quiero rescatarlo y re elaborarlo y re compartirlo. Se dice que la primera infancia va desde la concepción hasta las 7 u 8 años más o menos y lo que allí vivamos, nos marca en la vida. Tenía cuatro años cuando conocí el amor -- quizá "fantasía" pero amor al fin y al cabo-- , la vergüenza, mi rechazo a las fotos en el sol y entendí porqué no decir malas palabras y sobre todo, porque las personas adultas son tan complicadas. Sólo recuerdo que me llevaron a mi primer día de kinder (jardín de niños y niñas) y yo no tenía ni idea de qué era eso ni para que me llevaban a mí si era salvaje mente feliz en casa. En la puerta del lugar me di cuenta que me separaría de mi mamá y me dejaría en manos de una mujer que se asemejaba a un "espanto" (y que en paz descanse). Así que decidí no entrar, me agarré de unos barrotes de la puerta y ésa señora me jalaba las piernas, yo gritaba ¡auxilio! Mamá...mamá, maaaaaaaaaaaaaamaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!...