Quiero agradecer a tres hombres que me han escrito ofreciéndome luces sobre el dilema que ahora enfrento: educar a una cuasi adolescente. En el post anterior relaté que mi hijita tiene el deseo de participar en concurso de "reinas". Y que la vez condicioné ese permiso a la demostración de valentía y responsabilidad ante un hecho negligente cometido por ella.
Con el asombro que la acción posterior me provocó, mi hija (de 10 años) confesó y pidió disculpas a su papá por perder su cámara de fotos. Lloraba si, y se durmió reiterando: fui valiente, fui valiente,fui valiente....
Win, me escribió dàndome sus puntos de vista. Sobre la base de su experiencia en su paternidad y me hacía ver que Ixbá no tiene porqué ser como yo. Que los seres humanos buscamos mucho antes de encontrarnos "La vida es una cadena de experiencias, hasta que uno encuentra su sitio" me escribía. Sin duda! de hecho si hay algo que a mi me hace feliz, y lo digo desde el alma, es que la danza es un asunto importante de nuestras vidas, es una forma de entendimiento mutuo y eso es natural.
Además, Win me recordó a la otra chica que escribió solicitando consejo porque su papá no la deja bailar danza árabe. En realidad, mas que oponerme debería de preocuparme por darle sentido a estas cosas.
Otro papá, que no mencionaré, me sugiere revisar mis códigos de negociación con mi hija y creo que tiene razón. No debí mezclar las dos situaciones. Podía ceder con lo del concurso (con el dolor del alma) y colocar condiciones, aprender ambas de la "experiencia", es decir, se ejemplo por fuera y por dentro. y he debido sancionar por la irresponsabilidad con las pertenencias ajenas (perdió una cámara de fotos).
En fin.... otro amigo, me dijo que era severa. Además vino Elí, a ser solidaria conmigo y yo lo soy con ella, pues ambas vivimos en circunstancias parecidas.
El finale...
¿pero en terminamos Ixquic* e Ixbà?
Hoy mi despertador no sonó o no lo oí. Me levanté tarde y mi hija igual. De hecho la tuve que llevar en calidad de bulto al baño. La llevé al colegio tarde y no la dejaron ingresar a la primera hora clase. La maestra eligió a otra niña, ante la falta de mi hija en el aula (pues ayer la habían elegido a ella y me mandaban a pedir autorización). Y así, quedó sin concurso.
Me llamó a las 12:20 y me dijo:
ya sabes que pasó?
ya no voy a ser la candidata,
pero por lo menos soy valiente verdá mamá?
si! mi niña si!
y una reina...
***
Tanto alboroto y al final otras circunstancias definieron mi dilema. Que bien aprender a ser mejor madre gracias a los buenos padres como los comentaristas aludidos.
Gracias!
Comentarios
Si, es valiente... porque lo ha aprendido a ser...
también veo que ha aprendido a aceptar las cosas como vienen (en otra hace una pataleta por no haber sido elegida candidata)
Esto de ser madre es un arte, una vocación, una carrera, yo no sé, pero es difícil.
Animo!