Cuando ella nació pensé en la bendición de que fuese una niña la que me acompañara en la vida y comencé a planificar las cosas que haríamos juntas. Ciertamente, mi vida con ella no ha podido ser mejor.
Claro, con sus 13 ha llegado a la adolescencia y pues ya funciona distinto: se revela, se ha puesto mas sensible y vive pendiente de los bichos raros, es decir, del sexo opuesto. Aunque creí que comenzarían los "grandes" problemas, lo cierto es que esos cambios no han minado nuestra confianza, ni nuestro amor.
Si me saca de quicio, sigue dando problemas de concentración en el cole...y es esa la razón de las discuciones. Ahora bien, ya no me insiste en que me embarace y le de un hermano, ya no me busca novio a toda costa --y digo a "toda costa" porque me estaba metiendo a un profesor con cara de loco-- ni se ha distanciado como si lo hacen otros a su edad. Quizá sea porque nos gusta la misma música, la danza y tenemos una comunidad de amigos y amigas en común.
Yo hubiese querido una adolescencia así, mas acompañada. Por ahora, los trece de ella, son 13 años muy felices en mi vida!
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