Hace rato no escribo. Muchas cosas a la vez me dejan extenuada --además de estar intentando recuperar mi salud-- entre ellas mi hija. Comenzó el año dàndo problemas de rendimiento, pero ya hemos llegado a importantes acuerdos: sigue en ballet, eventualmente en danza árabe, respeto su espacio para la iglesia (y ya la acompaño), le dedico un rato al día para platicar, vemos juntas su programa favorito y le apoyo en las tareas. Desde entonces ha mejorado su rendimiento y responsabilidad.
Le gusta un chiquilín. Ya me lo presentó y sólo vive hablando de él. ¡ay!!!!!
Comentarios
Es una frase de siempre, pero en los últimos tiempos corre la pregunta: ¿sabes dónde está tu hijo en este momento? Yo agrego otra pregunta: ¿sabes qué está pensando tu hijo ahora?
La crisis de valores salta de todas las pantallas con garras de perversidad tratando de meter en el torbellino del caos a niños y jóvenes y la calle esta llena de baches o agujeros negros...
Casi vivimos una era apocalíptica donde ansiamos una isla o una estación con fronteras inexpugnables donde estemos en paz con nuestra familia
Admiro su dedicación a tantas cosas y ese detalle de tomar en cuenta la espiritualidad, es decir: la religión. Lo cual no está circunscrito a ninguna denominación, si el fin o finalidad es buscar la armonía con los demás y encontrarnos a nosotros mismos en esos valores.
Por ahí un guía recordaba que la persona debe tener: una profesión, un oficio, un arte, un deporte, una filosofía y una religión.
Su los niños son el futuro, pues dependera de su educación para que ese futuro tenga calidad de vida, libre de los intrincados problemas de esta mal llamada posmodernidad, donde "lo anormal" quieren hacerlo pasar como normalidad.
saludos
mmm
No quiero saberlo.