El cuarto grado ha sido difícil para ambas pero nos ha dejado mucho ya, aunque falte tiempo para acabarlo. En los primeros meses la dejé sola, hacía sus tareas y las notas estaban raspadas. Luego cayó, me dejó materias y rechazaba estudiar, copiar clases y hacer deberes.
Me ha preocupado tanto que comencé a controlarla más. Me puse a estudiar sus libros para darle las explicaciones que ella perdía en el colegio, comencé a condicionar la danza y finalmente he tenido que priorizar mi tiempo: antes que mis cosas, están las de ella y eso me demanda mucha atención y dedicación.
Tengo un par de meses estudiando con ella a diario y los fines de semana, realizando actividades, maquetas, cuestionarios, ejercicios de mate. Tuve que comenzar desde explicaciones muy sencillas e irselas complejizando. Y en eso es que me pegué una enredada horrible: ¡no recordaba ciertas operaciones! y recurrí a un niño de su edad, quien me ayudó para que yo a la vez ayudara a mi hija. Hubo un momento que me desesperé, me cansé, me harté éééééééééé grrrrrrrrrrrrrrrrrr aauuugggg!
Ayer le dieron las notas: sólo dejó una materia, secundaria. Mejoró la conducta además. Hace ratos que no experimentaba el goce de compartir un esfuerzo grande de ambas. La abracé y le hice ver que ella es capaz, que sé que le cuesta manejar su hiper actividad, pero con disciplina y empeño vamos a ser mejores ambas. Esto porque, el estudio es una razón más para vivirnos.
Soy mamá, pero supongo que la vivencia es igual para los padres: si uno exige, pero no apoya, jode. Yo no volveré a exigir sin apoyar. Aprendido.
Por desgracia, esta semana comienza laboratorios y la otra exámenes y la siguiente actividades y y y yyyyyyy (ya no aguanto!) Quiero que llegué la vacación!
Urge un respiro y este post lo es. (y un abracito chiquilin de ixbá)
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nota particular: ¡feliz cumple!
Comentarios
Un abrazo para ambas.
(ves que me cuesta ...pero voy! voy!)