Tengo últimamente problemas de tiempo y eso es irremediable. Intento organizarme mejor, levantarme más temprano y ya no quiero sufrir ataques de ansiedad. Ixbá ya salió de vacaciones y afortunamente pasó bien a cuarto grado. De premio me pidió que le comprara una galletas de chocolate llamadas "Pirulines" y por ahí anda disfrutándolas.
También salió de vacaciones de las clases de ballet pero participará en la producción de fin de año de la Escuela Nacional de Danza, asi que en eso seguirá. Así como la Gimnacia Artística en la que le sacan el jugo a la pobre. Siempre le insinúo que se salga y se ofende. Será entonces hasta que el cuerpo le aguante.
Por mi parte he suspendido el trabajo en danza contemporánea, además del problema de tiempo hay algunas ausencias que justifican la suspención. He seguido acompañando a mi hija en las clases de danza árabe y he participado de algunas presentaciones.
Leí dos apuntes en un blog de la profesora Nía de Sevilla en la que aborda dos temas: bailar sin tiempo y bailar sin dinero. Ambos me gustaron.
En El Salvador difícilmente (no imposible) se cuenta con tiempo extra cuando uno es mapacho (mamá, papá y chofer) a la vez, tiene un trabajo de abogada y además fanática de él, escribir dos blogs, colaborar en proyectos de amistades, alentar a un padre para que termine de sanar de su cáncer. De esas actividades hay horarios que NO son flexibles y consumen mi tiempo.
¿Qué prioridad puede tener la danza (la que sea) en ello?
Nía dice que o primero es dar prioridad al baile sobre otras actividades de ocio, puesto que lo otro no hay modo de cambiarlo. Esto es acertado, al menos para mí! yo sólo veo la tele para informarme pero es dificil que vea programas ni en fin de semana. Regularmente, asisto a clases de danza árabe cuatro horas a la semana por la noche y hago danza contemporánea tres o cuatro a la semana (generalmente el sábado). Cuando puedo al medio día asisto al gimnacio (rara vez, en este año). Y para crear coreografías de danza árabe me aplico en eso unas tres horas a la semana (una hora, tres noches salteadas). Los domingos, a veces salgo a correr y luego trabajo el cuerpo y ensayo o estudio videos.
Es lo máximo que puedo y no tengo actividades sociales, aunque a veces hago la excepción y mis amigos están resentidos por lo inaccesible que me he vuelto.
Ahora bien, bailar sin plata. Me sucede, entre comprar vestuario para mi hija y para mi uf! ni hablar. Además que hay que vestirse para el Ballet, la danza contemporánea, la danza árabe y comprar uniformes para la gimnacia. En efecto, hacemos sacrificios porque nos gusta lo que hacemos.
Desde que nos hemos comprometido, las salidas se volvieron escasas. Además que tenemos gastos extras por situaciones familiares que tuvimos que asumir.
Por ahora nos hemos hecho cada una de su propio vestuario y hemos comenzado a sacar trapitos guardados para ver como los reutilizamos y ha dado resultado. Yo estoy usando velos como faldas y me gustan más. Bueno, la creatividad siempre será una forma de ahorro.
Además del precio de las clases. Tengo algunos videos para estudiar y prácticar en la casa, y está el internet también que evita que compre más de esos videos. Pero quien aprende así corre el riesgo de agarrar vicios y mañas o entenderlo mal. He visto bailarinas de danza árabe así. Ir a las clases para que me corrijan es necesario e insustituible. Asi que seguiré.
Nía da una buenísima idea: organizar fiestas árabes para practicar!
Comentarios
Saludos.
sos una mujer admirable y te envidio por la energía que tienes. Te comprendo, a mi también me toca hacer de mapacho, y quisiera darle más tiempo a mi hija de siete años (y hablo de cantidad de tiempo). Ella sueña con aprender ballet pero no puedo pagar sus clases.
Mujer, adelante con TODO! por ti y por tu hija, cuando crezca ella valorará todo esto que haces!
Un abrazo
Eli
Eli, yo se lo que es quererse quedar más ratos con las niñas y no poder hacerlo. O no poder cumplirles sus sueños. A veces sólo con el sacrificio.
en mi caso, mi tiempo extra sólo es para ella,
así somos las madres multifuncionales.
Un abrazo