Fue en un cuento que leí que una mujer tenía pelo largo y estaba atrapada en una torre. Lo leía mientras una princesita se dormía. entonces me paré frente al espejo quería observar mi pelo negro y ondulado. Lo miré de frente y le pregunté a él
¿y vos que haces por mí?
me contestó serio:
Ciertamente, este castillo es mas alto, yo no soy muy largo y tú no eres una princesa.
Estoy tan enredado y alborotado que no puedo me puedo volver trenza! me tomas, me peinás, me jalas y te soporto. Ya sabés que soy fuerte, que soy tu aura y que son tus pies los que te enredan, yo te libero, por eso no me vuelvo trenza.
Me asomé con angustia a la ventana y escuche eso que no quería escuchar:
......................Ixquiczel, tu trenza deja caer..........................
Ni me asomo. Mi pelo me lo permite y me lo advierte.
¿mi pelo?
me gusta, es mi signo de libertad y desde lo alto de una torre contemplo la maravilla de mundo que hay. Pero también es rebelde y a veces insoportable y no sé que hacer con él. Ayer alguien me dijo: uy! que peinada!, un par de ganchos y desaparece la apariencia de medusa. Eso haré, un par de ganchos...cada día.
---------------------
Comentarios
Que puede jugar 24/7 en tu cabellera.
Saludos Ilegales!
gracias, ya tengo otra razón para ser una medusa y no sentir verguenza.
¿Quién fuera champú?
¿Quién fuera peine?