Sin palabras me quedo con ella y con él. Hablan hasta por los codos. él tiene la manía: a las 6:30 se le debe descubrir la jaula o comienza su histeria y grita mil veces hasta que logra su objetivo. Todo el tiempo quiere atención, si se me pasa la hora del pancito me lo recuerda a su modo, es decir gritando.
Ella nunca calla, ya lleva varios jalones de oreja porque todo lo justifica o lo excusa, habla de más, se mete en conversaciones de adultos (meque), me hace quedar en vergüenza. La maestra de clase dice que mucho habla y que no hay forma de cerrarle la boca, en el Tembag (Gimnasio) ya me dieron esa queja, en la clase de Bellidance parezco loca haciendo muecas en el espejo para que se esté callada. uggggggggggggggggggg!
Perico y Niña (ambos verdes), ¡Calma por favor!
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