No había realizado hoy, algunas cosas. Es más, ni sentí el día. Comienzo leyendo los periódicos, o sea indignándome y luego cumpliendo con mis cosas laborales. Hay varias situaciones que me traen alegre, y otras que no. Algunas mencionables otras no. Piazzolla está ahí para armonizar esa condición, entre reír y entristecer. Gracias a los super poderes, recodé al final de la tarde que es posible que mañana le pongan la última quimioterapia a mi papá. A quien he tenido un tanto abandonado estos días. Le llamé para corroborar y en efecto. Mañana va al médico. Eran seis, y esta es la última. Es posible que le den otras aplicaciones de otras cosas, todo depende de los exámenes. O sea, hay que esperar, pero hoy ya es menos. ¿qué resultados habrán? no lo sé. Mi papá es fuerte sin duda, y estoy orgullosa de él. Luego, al final del día tenía una reunión que no concreté. Era una reunión con mi primer novio verdadero, y era para intercambiar (más bien pelear) opiniones sobre algunos temas. Yo ...
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El viento estremece sus telas.
Entre las ramas del otoño suenan sus labios.
Detrás de ella vienen los suicidas en silencio.
Delante de ella van los pájaros.
Todo ese pozo entra por la ventana
y avanza por los pasillos de mi conciencia como una melodía en busca de nombre.
Y miro a la soledad y la soledad me muestra sus grandes ojos; con ellos te miro desde el otro lado.
Álvaro.