Allí está, eso que ella disfruta mucho: volar, caer, elevar, estirar, encoger.... riesgo!
¿y a quién no?
Siempre me pidió de regalo de navidad una cama elástica, pero para evitar accidentes nunca la compré (yo también la quería). En el 2002 nos íbamos al Polideportivo de Merliot y allí los sábados nos daban entrenamiento (a ella, yo hacía gimnasia por meque) y lo que más disfrutáramos era esa cama y volar. Era divertido... y ahora no necesita de la cama, ya aprendió a subir por sus medios.
me alegro por ella.
Comentarios
Felicidades a ambas :)
:)