Ixbá esta creciendo y se está quejando de mi falta de tiempo y atención, por ratos está malcriada, pide disculpas o anda enojada conmigo. Le afecta ver a su abuelo enfermo, vivir con una mamá despistada que anda en varias cosas a la vez. Ha perdido las esperanzas de tener un hermano, luego que se la pasó insistiendo en conseguirme un novio, y lo tuve pero no encajé con él, es un buen amigo, pero no era un hombre para mí, lo deje y allí se le fue esa esperanza.
Para todo dice:
"¡Mamá! mirame, oime, hablame, reíte... " (y yo queriendo leer o ver noticias)
"Mamá, comprame un traje de danza, vos!" (estoy sin plata por los malditos trajesss!)
noooo, no tengo deberes.... (y tiene un montón)
"no le digás nada a tu mamá" (defiende a la abuela de mí)
"me gusta otro niño, vos. ¿y a vos quien te gusta?" (ja..esa va con trampa!)
"por favor, acompañame a dormir" (ay! corazón bello...tengo que desvelarme leyendo en el escritorio...)
Personalmente, prefiero la paz y dedicarme a una vida individual (trabajo, danzas, lecturas, maternidad) pero rica en presencias, incluidas las virtuales. Ella eso no lo va a entender aunque dice que sí, sólo que no soy normal, si lo soy...quizá un poco cómoda con eso de desgastar el corazón. (es difícil, es complejo)
Su papá nos llamó hace dos días, desde que se fue no le había llamado. Sólo lo contactó un par de veces en chats y otras tantas por correos. Ixbá me dijo que él le hace falta, especialmente porque yo me he vuelto aburrida y ella necesita vivir aventuras (entiéndase, ir a las ruedas (juegos mecánicos), a la Puerta del Diablo, a la playa) con su papá como antes. Hablé con él y me dijo que va a regresar.
No se cuanto tiempo se va a estar, luego buscaré a su novia para saber a detalle. El hecho es que ya le dije a Ixbá y está feliz y eso es lo que importa. Así que me alegro mucho que el "monje loco" (como le llamo de cariño y cólera por todas las que me han hecho los dos) regrese.
Mañana debo estar temprano en una presentación o exhibición de Gimnasia, justamente "mañana", único día de la semana que me puedo levantar un par de horas más tarde. La miro y se a ciencia cierta que dormir no es más valioso que estar con ella y ver sus progresos en su deporte favorito.
Hoy me siento mal con ella.
Quizá ninguna persona sola es suficiente para un hijo. Pero así lo decidí y punto.
Esa cabecita, que tiene un par de moñitos de bailarina, tiene un pecho para dormir; unos labios que la besen, unos brazos que la abarquen; carga un zapatito desde que nació, mismo que le recuerda desde cuándo viene caminando en la vida.
No es suficiente y quizá estoy en mi etapa aburrida. Ahora voy a hacerte cosquillas y así dirás ¡mamá! pero por otra razón distinta a las que aquí he narrado.
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