y allí están con la maestra y las demás integrantes. El evento era de una revista de periódico y había público muy animado.
Para cualquier madre, ver a su hija realizarse feliz y hacer lo que más le gusta es también motivo de felicidad. En mi caso, confieso que pelear y discutir con ella me amarga la existencia.
Ella, a ratos es desobediente y no lo soporto. En casa hace caso porque conoce las consecuencias. De hecho trabajamos juntas bailando, pero ella y mi sobrina me vuelven loca. La primita, pasa conmigo mucho tiempo y gracias a ella he sabido lo que es o sería tener dos hijas: ¡burras! Sólo doy la vuelta y hacen de las suyas, o pelean que es peor.
Trato de asistir a clases y aprender, cuando ellas me dejan.
En fin, esta vez me animaba a bailar en ese centro comercial, pero una rabieta con mi hija me hizo desistir. Tanto que la regañé publicamente, cosa que no me gusta hacer.
Lo bueno es que el público estaban los abuelos, mi papá que se recupera de un cáncer salió de la casa por fin. Fuimos a comer en familia. Ixbá me pidió perdón. bah! que puedo hacer.... seguir bailando con ella como compañera y aguantarme!
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